QUERIDO DIARIO, HOY NO LLORÉ

Sí, querid_ lector_ imaginari_, he vuelto de nuevo a contar en letras y en páginas en blanco una nueva crisis existencial, esta vez ha durado casi 30 años y ha sido luz durante poco más de 12 meses. ¿Cuánto puede pasar en una vida? Todo, aunque a veces parece nada, siempre, es demasiado. He estado por aquí queriendo escribir de nuevo, queriendo contar aventuras que se vuelven cotidiano después de un tiempo. He querido compartir y como siempre, he tenido miedo. Pero bueno, espero la próxima vez no tardar tanto en venir a desahogarme, espero la próxima vez seguir hablando de amor.

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Querido diario, hoy no lloré, así empezaba aquella página de mi diario que me hizo darme cuenta que estaba midiendo mis grados de tranquilidad con mis lagrimas derramadas. -“Hoy, no lloré”-.

Llevo varios meses sin llorar de tristeza profunda e indescriptible. Llevo, por el contrario, varios meses irradiando una felicidad profunda e indescriptible. “Sé muy feliz” me dijeron después de un abrazo largo y un adiós, que estaba segura no sería un hasta luego, ese día también lloré, sentí una lagrima corriendo por mi mejilla mientras me iba, me sacudí la vida y me lancé a la pista de baile. Creo que así comenzó todo, abrazando ese adiós y aceptando aquel consejo.

Esta es otra historia de amor, la mía, bienvenid_ a la que podría ser por un momento su experiencia más cosquilleante o decepcionante. Déjese seducir por un suspiro en el cuello, y abra su panza a sentir cómo un corazón roto le da vida a un nuevo ser.

Por aquel entonces los días eran largos y oscuros, me pesaba todo y mi mayor logro era levantarme de la cama. Agarraba mi bici para ir al trabajo. Recuerdo que llegaba, saltaba en el camioncito que me llevaba a todo lado y empezaba a cargar cajas, hasta que una punzada en el pecho me recordaba que no estaba bien, a veces no lo lograba e iba al baño, por supuesto que a llorar, y así por ocho horas y media hasta que agarraba mi bici de nuevo y volvía a casa, una casa que dejó de ser refugio. No recuerdo bien cuánto tiempo pasó, pero un miedo ridículo y unas vocecitas en mi cabeza me mantuvieron en aquel estado por meses, meses, meses… Hasta que un día la vi, me miraba fijamente con los ojos aguados y por fin después de mucho tiempo dejamos de evadirnos, era una persona que ya no reconocía, pero que quería de vuelta.

Entonces agarré mis pedazos rotos, los empaqué en un par de maletas, escribí una carta y me fui. Me fui con ella, primero la saqué a vivir, a un espacio pequeño pero para ella, la abracé y lloramos sin saber que lo que estábamos sintiendo era ese miedo a estar con nosotras mismas, teníamos un corazón roto, un alma rota y una vida desordenada, pero por fin después de mucho tiempo estábamos juntas , ella y yo, yo y ella, ese ser que se desdibujaba, ella, era yo y no la reconocía.

Afuera el mundo seguía igual, las personas preguntaban cómo iba la vida, el trabajo y el amor, me decían cosas que no concordaban con mi realidad como que estaba siendo inspiradora o estaba logrando muchas cosas, mientras en mi vida paralela ella y yo llorábamos, y agarrábamos nuestros pedazos de a uno en uno para remendarlos. Sentía que no era suficientemente linda, suficientemente estable, suficientemente creativa, suficientemente capaz, suficientemente hábil, suficientemente suficiente, que no era. En el camino llegué a tener un corazón roto, un ego roto, un brazo roto, una economía rota y una realidad completamente distorsionada.

Estar rota por dentro duele en el cuerpo, pero, no se ve y entonces parece mentira, producto de la imaginación. Me cuesta pensar que amar a alguien pueda llevar a tal dolor y no, no se trata del amor, se trata del manejo de la situación, se trata de la honestidad, de los acuerdos, pero sobre todo del cuidado por el/la otr_. Amar se vuelve entonces aquel arduo trabajo del desapego, del dejar ir, dejar ir esa idea del otr_, esa idea de los dos que al final es solo una idea.

Quiero pensar que aquel amor profundo se transformó en un amor real, quiero pensar que haberme estrellado con aquella idea, tan de cabeza, tan de frente, tan insensible, fue la forma de verme por fin de frente y reconocerme, sin necesitar de la validación del otr_, estando conmigo, por fin después de todos mis años con algun(os) alguienes, verme de frente y enfrentarme a mi, amarme loca, descontrolada y profundamente!

Por estos días caí en cuenta de que ha pasado un año de haber tomado la decisión de dejar ese circulo doloroso, de agarrar mis pedazos y empezar remendarlos y sonreí, me di cuenta en la primera página de mi diario que ese día tampoco había llorado y decidí celebrar. Celebrar un año del amor más profundo y sincero que he podido experimentar, ese amor que me hace visible conmigo misma, que me abraza en los momentos difíciles y me sostiene para no permitir que pasen por encima de mi o de los valores que construyo.

Lejos de haberme remendado por completo, me encuentro en un estado de costuras visibles e incompletas y abrazo aquellos espacios que aún faltan por llenar. Estoy en un estado de agradecimiento absoluto por aquel camino tormentoso que me recuerda día a día que aquello que estaba buscando o esperando afuera en realidad se encontraba dentro de mi.

La celebración incluyó pastel y velas, pero sobre todo amig_s, porque me dediqué a construir vínculos sanos y estables a partir del cuidado, fortalecí aquellos que estaban incompleto y aprendí a forjar nuevos y puedo decir que este año lo he sobrevivido gracias a ell_s. Pasé por encima de los prejuicios, de los miedos, de la pereza, de las excusas y conecté con pensables e impensables, conecté desde un lugar genuino, desde mi lugar.

He vuelto a jugar de nuevo, a bailar, a hacer caras extrañas y a sonreír sin razón alguna por ahí, dejé de lado esa fortaleza que creía que me protegía y por el contrarío me ocultaba y empecé a decirle que sí a todo, a ser genuinamente positiva, a hacer chistes de la vida y a encontrar el amor en cualquier esquina. Abracé a aquel ser desconocido y empecé a reconocerle, a reconocerme.

Querido diario, hoy volví a llorar, pero esta vez de felicidad. Volví para quedarme, conmigo y con aquell_s que resuenen con este ser en que me estoy convirtiendo!

P.S.1. Esta persona que escribe cree cada vez más en ella, si usted llegó hasta acá dígale algo lindo, siempre es un buen momento.

P.S.2. En este ultimo año y con este reconocimiento, Craft Telling, mi proyecto de innovación social a partir del hacer manual y las historias, ha estado floreciendo desde este lugar genuino y este amor propio, por l_s demás y el entorno, esta historia de amor tiene mucho que ver en el proceso. Deseo seguir compartiéndolo por acá.

¡SALUD! POR LOS CORAZONES ROTOS, POR REMENDARSE DESDE LA CONSCIENCIA Y EL AMOR, SALUD POR EL AMOR Y EL DESAMOR, SALUD POR L_S AMIG_S, POR LOS CAMINOS, POR EL (RE)CONOCIMIENTO, SALUD, SALUD, SALUD.