¿Guadalajara de ensueño?

A casi un mes de volver a casa y con la mano en el corazón, ¿o con el corazón en la mano?, me pregunto:¿Qué he hecho con mi vida los últimos 5 meses? para los que me conocen la respuesta será trillada, para los que no, solo será una respuesta, E N G O R D A R. Pero de esto hablo bastante y no daré explicaciones, ya volveré rodando.

Me vine para Guadalajara de intercambio y lo cierto es que he tenido más vacaciones que clase. De eso se trata, “viva la vida, que vida solo hay una”, dicen y yo he confirmado que la forma de vivir mi vida es comiendo, durmiendo y estando de cabeza, ah y viajando.

Guadalajara es bonita, amigable, cariñosa y coqueta. El tiempo parece que no corre y las personas esto parece no importarles. ¿Y el calor? eso es otro nivel, es ir caminando y sentir la gota de sudor por la espalda, es ir en un bus y respirar despacito porque el otro se está acabando el aire. Es un constante ¿me pongo chanclas o tenis? elegir siempre tenis y aguantarse el calor de pies. Es aprender a andar con poca ropa a pesar del “uy hola, pero por qué no saluda, que linda reina”. Es derretirse en un entrenamiento con más de 30 personas en un mismo espacio. Es resistir, queridos y tal vez imaginarios lectores, R E S I S T I R.

El otro día me llevaron a una barranca en un lindo y soleado día de domingo (lease con falsa emoción). Los paisajes serán lindos, decían, no es tan pesado, decían, te va a gustar, decían. Después de casi tres horas y media, viéndome morir en la subida, llegué a la cima casi a gatas y lo único en lo que pensaba era darme una ducha fría y ¿qué creen? El agua estaba caliente.

Pero no todo son quejas y desespero, calma (¿existe?)... También hay amor … Lo primero que hice cuando me aceptaron en la universidad fue buscar lugares de pole. Al llegar, después de visitar más de diez lugares, aburrida y desilusionada, fui a regañadientes a un sitio al otro lado del mundo y me enamoré, del lugar, de las personas, de las clases, de todo (menos de la distancia). Guadalajara me ha reencontrado con el pole de una manera diferente, en la sensibilidad del aprendizaje mutuo y de la exploración constante, en la fragilidad de mi sentimiento hacia él y en aquellas personas que hacen que el entrenamiento no parezca entrenamiento, porque siempre diré que lo mejor del pole está en la compañía y a mí me ha dado la mejor. Mis pole amigos y no pole amigos cercanos, saben que mi sueño siempre ha sido que me carguen, me levante por los aires y me sienta volar y hoy puedo decir que Gdl cumple sueños, me ha dado al mejor pole partner que pude haber pedido y lo mejor es que me aguanta y cumple mis caprichos, me cuida, me alienta, cree y confía en mí, los envidiosos dirán que es mentira, yo a veces lo pienso. ¿Usted sabe lo difícil que es encontrar un lugar que cumpla con todo al mismo tiempo? Yo amo el pole, pero detesto su ambiente hipócrita infiltrado, así que sí, me reenamoré del pole.

Y sí, a poco más de un mes de volver a casa, amando una vez más las despedidas, siento que ya estoy lista para volver.

PDT. Me quedé dormida más de dos veces en clases de movimiento, critiqué a la universidad saltando en la mitad del patio dándome golpes con un libro, los buses al medio día son los mejores saunas y a la noche con luz azul me hacen sentir de fiesta, di a un gato en adopción en tiempo record (¿qué me hizo pensar que podía cuidar de algo o alguien más si ni siquiera puedo conmigo?), dejé morir un cactus y adopté otro y me monté por ahí en los palos urbanos de las ciudades mexicanas...

¡SALUD, POR GDL, POR LOS INTERCAMBIOS, POR LAS VACACIONES ETERNAS, POR EL POLE Y LOS DESCUBRIMIENTOS, SALUD, SALUD, SALUD!