Las cosas siguen pasando con más rapidez, siempre salen de la nada, y me llevan a muchos descubrimientos. Pero todo esto es gracias a personas que han estado atrás apoyando y sustentando cualquier capricho: MIS PAPÁS. Y es que no solo puedo escribir sobre mí cuando son ellos por los que estoy acá, en todo el sentido de la palabra.
Por estos días mi papá estuvo de cumpleaños, medio siglo más uno ha vivido, y mi regalo, como buena y querida hija fue invertir su dinero en mi recorrido por el mundo!!!
España se abre ante mí con lugares cada vez más encantadores, un pequeño pueblo nos dio la posibilidad de conocerlo caminando sobre sus murallas y nos invitó a caminar por sus pequeñas calles vacías una tarde de sábado. La hermosa sierra de Salamanca llegó de la manera más inesperada y con todo pago (esta vez no fueron mis padres), permitiéndome entrar en su historia, lugares que no quieren morir y que cuentan más de lo que podía esperar. Y me voy dando cuenta que España es más que Madrid y Barcelona como lo venden en cualquier lugar. Luego, un fin de semana loco, de cabeza en un viaje, me subí a un carro con algunos amigos y emprendimos un viaje al sur de España, Andalucía nos trató muy bien y nos dejó conocer su multiculturalidad, sus colores e historia, algo un poco caótico, pero lleno de aprendizajes (por poco dormimos una noche en el carro, shhh), conocimos un poco de Córdoba, Sevilla y Granada, cada uno con su encanto, fue como una entrada para dejarme con la gana de volver a terminar con el postre. Que los musulmanes y los católicos, que las mezquitas siendo iglesias, que Colón, que las barcas, que Latinoamérica y España, porque queramos o no es de donde venimos. “somos un poquito de esto”, pensaba, mientras caminaba imaginándome aquellas épocas de sultanes y reyes, con sus trajecitos, tumbando y construyendo enormes infraestructuras, que se paraban ante mi llenas de turistas.
El hecho de poder estar acá no es gratis, es gracias a esos dos que me dieron la vida y con su vida siguen llenando la mía. Estar en Salamanca es ya una gran experiencia, pero tener la posibilidad de conocer un poco más allá es algo inesperado, indescriptible, placentero y enriquecedor, cosa que quizá sin mis padres sería más difícil, a ellos gracias, porque aun conociendo solo un poco de mí, confían y creen; desde las tablas hasta el tubo, la universidad y ahora por Europa. No entiendo cómo funciona bien eso del amor de padres, pero confirmo una y otra vez que definitivamente lo dan todo. Estar lejos y salir de la zona de confort, siempre hace que uno valore mas todo lo que ha dejado atrás.
Cuando crezca, quiero ser como de ellos...
¡SALUD, POR MIS PAPÁS, POR LOS DESCUBRIMIENTOS, LOS CAPRICHOS Y LOS LUGARES NUEVOS, SALUD, SALUD, SALUD!